martes, 12 de abril de 2016



Nadie puede negar que dentro de sí mismo experimenta un fuerte impulso que le despierta su máxima aspiración a buscar la felicidad plena y eterna. Y, poco a poco, ese impulso va debilitándose con los obstáculos y dificultades que la vida le presenta.

Sin embargo, pocos son los que levantan la mirada para tratar de buscar si eso que siente dentro de sí puede ser realidad. Y si te decides a buscar, pronto te das cuenta que un tal Jesús de Nazaret habla de eso y te ofrece la posibilidad de conseguirlo.


Él te dice: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed».  Ahora lo que hace falta es que tú decidas y te fíes de Él. Claro, para eso hay que conocerlo y saber quién es y como ha sido su Vida.

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