A veces, sucede que puede
ocurrir que buscando una cosa encuentres otra. O que creyendo encontrar esto,
descubras lo otro. Los caminos del Señor son inescrutables e inesperado, pues
el Espíritu sopla donde quiere.
Así sucedió con Nicodemo que,
buscando al Señor, se sorprendió del camino que Jesús le señaló: Hay que nacer
de nuevo. Había entendido volver a nacer del vientre de su madre, pero Jesús le
hablaba del fuego y del Espíritu Santo.
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