martes, 1 de marzo de 2016



La realidad es muy distinta a la que todos deseamos. Deseamos justicia, pero luego no queremos que se nos aplique a nosotros; deseamos buenos tratos, pero luego tratamos mal a otros; exigimos misericordia y comprensión, pero luego no somos comprensivos ni misericordiosos.
                                             
Estaremos de acuerdo que será justo tratar con la misma manera que eres tratado. Y de esa forma, advertimos que muy pocos, por no decir nadie, escaparía al castigo. Porque todos hemos sido maltratados y también maltratadores de los demás.

Maltratadores en el sentido de no emplear la misma justicia con el otro que quiero que empleen conmigo. La regla de oro es la del perdón: “Perdona a los demás con la misma medida que te perdonan a ti. De esa forma, perdonarás todo, porque a ti también se te ha perdonado todo.

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