Si nuestros proyectos, muchos
no se cumplen, significará mucho renunciar a alguno que experimentamos que
podemos cumplir. María, avanzado ya su compromiso matrimonial, se vió envuelta
en un nuevo proyecto que venía de Dios. Así se lo anunció el Ángel Gabriel.
Asombrada y perpleja, María
se sorprendió que ocurriera eso sin conocer varón, pero inmediatamente aceptó
la Voluntad del Padre disponiéndose y entregándose en cuerpo y alma. Nos parece
lógico y que no fue difícil, pero, quizás a nosotros experimentamos también la
llamada de Dios y, posiblemente, no la escuchamos ni ponemos atención.
Renunciar a mi proyecto y aceptar lo que Dios quiere
de mí es misión imposible si no estamos abiertos a la Gracia de Dios. Dios nos
llama y cuenta con nuestra disponibilidad y entrega. Es lo único que necesita.
Lo demás corre por su cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.