sábado, 19 de diciembre de 2015



María experimentó ese gozo a darse y entregarse voluntariamente al proyecto que Dios le ofreció. Dejó sus propios proyectos, para entregarse plenamente a la Voluntad de Dios. No hay mayor alegría que la de sentirte entregada por amor.

Y es ese amor quien te impulsa a moverte y a darte. Así, María acude a asistir a su prima Isabel llena de humildad y de paz. Se sabe elegida por Dios, y cree plenamente en su Palabra.

Isabel, su prima, le descubre ese misterio que lleva en el vientre al, inspirada por el Espíritu Santo, anunciarle como la Madre de Dios. Y Juan, en el seno de su madre Isabel, empieza ya su misión de anunciar la llegada del Hijo de Dios.

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