martes, 17 de noviembre de 2015



Ocurre que ante las dificultades, muchos, solemos dar un paso atrás con la intención de abandonar. Sobre todo, cuando en materia de fe. Las dudas ante las dificultades se acrecientan y nos inducen a abandonar.

Hoy, el Evangelio, nos habla de alguien que no respondió así, sino que antes las dificultades propias de su anatomía humana, buscó la forma de superarlas. Zaqueo quería conocer a Jesús, y la multitud se lo impedía porque él era bajo.

Pero no se resignó, ni se quedó quieto. Buscó solución y subiéndose a una higuera encontró la manera de ver a Jesús cuando pasaba por allí. Y tuvo su premio. Jesús acudió a comer con él a su casa.

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