martes, 24 de noviembre de 2015




La vida nos recuerda que la juventud pasa. Pasa también la madurez y llega la vejez. Y con la vejez el final. Ese final lo queremos asegurar, y para ello guardamos y ahorramos ahora en los momentos que podemos.

Pero, también sabemos, que hay un final que ya no depende de nosotros, ni sabemos que podrá pasar. Tenemos incluso miedo y esperamos que Alguien nos salve. Los creyentes cristianos creemos en Jesús y esperamos, por su Misericordia y Amor que nos salvará.

Por eso, esperamos en paz que llegue el final. Sabemos que lo habrá, y nuestras esperanzas descansan en la Misericordia y el Amor de Dios. En Él nos apoyamos y ponemos toda nuestra fe.

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