Nuestra experiencia, con los años, nos descubre que apoyamos
nuestra felicidad en cosas vanas y como vanas que son, de la misma forma que
aparecen, desaparecen.
Es el peligro de construir nuestras ilusiones en banalidades movedizas
que a la menor tempestad se convierten en espejismos ilusorios que se esfuman.
Posiblemente
nuestra vida esté apoyada en ilusiones, pero se necesita una gran Ilusión que
llene las pequeñas ilusiones de cada día. Una Ilusión de altura que nos llene
plenamente y nos dé la esperanza de vivir un gozo eterno que no desaparezca
nunca. Y todos sabemos dónde buscarlo, o preguntar por qué camino se puede
encontrar.
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Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.