Lo importante es aquello que siempre va a durar. No me vale
estar bien hoy si mañana la cosa se pone mal. ¿De qué me vale estar bien hoy si
mañana estaré mal? Luego, tengo que fijarme con quien ando y a quien obedezco.
Porque una mala levadura puede fermentar y estropear la
masa. Y estropeada no vale para nada. ¿De qué nos ha servido? Hay que buscar la
levadura buena, la que fermentada dé una masa buena, que sirva para siempre.
Esa es la buena levadura.
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