jueves, 29 de octubre de 2015





Jesús fue avisado que Herodes trataba de matarlo, pero, seguro de su Misión, no huyó, sino que continuó a Jerusalén donde le esperaba una muerte de Cruz.

Sabía que su Padre no le abandonaría y que le devolvería la Vida, pues escrito estaba que al tercer día resucitaría. Y en esa confianza siguió el camino y la misión para la que había venido.

Nos corresponde a nosotros, ahora, continuar nuestro camino dando testimonio de su Resurrección en donde quiera que estemos. Sin miedo, y seguros que en Él, el Padre, nos resucitará también.

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