Hay días que la familia te absorbe todo el tiempo, y el resto
lo pierdes tú. Dejando el de las oraciones y la santa Misa, poco tiempo te
queda para reflexionar y escribir.
Aparte, hoy ha sido un día de confesión y todavía no he hecho
la reflexión recomendada. Y me siento cansado. No sé, hay momentos que el
descanso exige soledad y silencio.
Quizás la resistencia no es la misma para todos. Dios sabe
bien el aguante de cada uno, y cada uno sabe cuando se siente cansado. Orar
también descansa., pues en la medida que descargas tus pensamientos te
experimentas más ligero.
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