El problema
es despertar y experimentarnos pescadores. Pescadores de hombres, porque todos
estamos llamados a manifestarnos seres en relación y vinculados por el amor. El
amor que establece un mundo de justicia, de verdad y de paz.
Y esa
vocación al amor nos hace fraternos y justos. Porque nos encontramos en el
mismo Padre, que, por amor, nos entrega a su único Hijo para que pague por
nosotros. Simplemente por eso, estamos llamados a proclamar al mundo que Jesús,
el Hijo de Dios, ha saldado nuestra deuda y estamos salvados.
No es poco
el anuncio, pero ocurre que, o no estamos convencidos, o no terminamos de
creérnoslo. Seguimos pensando que en el mundo y con las cosas del mundo podemos
encontrar la salvación. Fatal error que nos ciega y no nos deja ver la
realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.