Con Jesús ocurre eso, pero no pierdes nunca la libertad de
tomar tus propias decisiones Experimentas que tu vida mejora, a pesar de que
tienes más preocupaciones y problemas, pero notas cierta estabilidad emocional,
gozosa y equilibrada.
Con Jesús, tu vida, a pesar de los días grises y oscuros, se
ve siempre azul, clara y esperanzada. Nada puede vencerla, ni siquiera la
muerte. Los riesgos existen, pero sean como sean siempre sales vencedor porque
Él va contigo.
Puedes aparentemente perder, pero siempre ganas. Él es el
Señor, dueños de la Vida y la Muerte, ¿qué puedes temer?
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