sábado, 1 de agosto de 2015



En muchas ocasiones se ha dicho que la cara es el espejo del alma. Y, si no es siempre así, si lo es en innumerables ocasiones. Cuando uno se olvida del público tu corazón descubre tus más profundas intenciones.

Vivimos de apariencias y controlados por ellas. Posiblemente por temor a no ser perdonados y si criticados. Quizás sea esa la razón de las innumerables rupturas de convivencias matrimoniales y familiares.

Porque cuando entra en juego la convivencia, está abonado el espacio donde más, probablemente, entran en juego la espontaneidad y la verdadera cara de la moneda. Luego, más fácilmente todo queda al descubierto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.