El reto de la vida es situarnos confortablemente, pero
experimentamos que eso no nos basta porque estándolo no somos felices. Sin
embargo, la experiencia del amor nos descubre la verdadera felicidad.
Pero un amor como nos enseña Jesús. Un amor desapegado y
entregado al servicio y al bien de los demás. Un amor que en la medida que se
da te experimentas gozoso y feliz.
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