miércoles, 8 de julio de 2015



Tú y yo podemos creerlo o no. No es cuestión de demostraciones científicas, sino de hechos evidentes y testimonios de los que lo vieron. Jesús dejo testimonio de su poder y de ser el enviado de Dios.

El pueblo de Israel esperaba al Mesías. Pero no vino el Mesías que ellos imaginaron, sino el que Dios quiso y pensó. Jesús, el Hijo de Dios, vino a cumplir la Voluntad del Padre. No la nuestra.

Y la Voluntad del Padre es que tengamos fe en Él y lo hagamos amándonos los unos a los otros. Esa es la prueba, el amor entre los hombres, con la que demostramos el amor a Dios.

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