Tú y yo podemos creerlo o no. No es cuestión de
demostraciones científicas, sino de hechos evidentes y testimonios de los que
lo vieron. Jesús dejo testimonio de su poder y de ser el enviado de Dios.
El pueblo de Israel esperaba al Mesías. Pero no vino el
Mesías que ellos imaginaron, sino el que Dios quiso y pensó. Jesús, el Hijo de
Dios, vino a cumplir la Voluntad del Padre. No la nuestra.
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