viernes, 19 de junio de 2015



Elegir dos alternativas es cosa que implica mucho riesgo. Porque ocurre que una será la buena, y la otra será la mala. Y elegida ya no hay remedio.

Lo mismo nos ocurre con el servicio a dos señores. No se puede estar con uno y, a ratos, con el otro. Porque se servirá a uno y se engañará al otro.

Será muy importante asesorarse bien y conocer profundamente a ambos señores. Porque nos va la vida en ello. Una buena señal es advertir que uno está llamado a morir, y el otro tiene vida eterna. De buen gusto la vida eterna es la del verdadero Señor.

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