El domingo me enteraba de la muerte de una persona, 57 años,
casado y con hijos y aparentemente sin problemas. Estabilidad económica y
laboral. Poco después las noticias hablaban de suicidio, y hoy me he enterado
que, dejó su coche aparcado y se tiró por un puente.
No importa el lugar ni otros detalles, sino, ¿qué ocurrió en
aquella persona que llegó a desesperar y a tirarse por el puente? El Evangelio
de mañana nos habla de unos endemoniados que, rechazando al Señor,
pidieron entrar en una piara de cerdos y
arrojarse al mar.
¿Quizás ponemos nuestras esperanzas en cosas mundanas que no
nos dan la plenitud que buscamos?; ¿quizás, llenamos nuestro corazón de falsas
expectativas que nos desequilibran y nos desesperan hasta llegar a esos
extremos? No parece que el Evangelio de mañana sea algo extraño a lo que nos
está sucediendo en la actualidad.
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