martes, 30 de junio de 2015




El domingo me enteraba de la muerte de una persona, 57 años, casado y con hijos y aparentemente sin problemas. Estabilidad económica y laboral. Poco después las noticias hablaban de suicidio, y hoy me he enterado que, dejó su coche aparcado y se tiró por un puente.

No importa el lugar ni otros detalles, sino, ¿qué ocurrió en aquella persona que llegó a desesperar y a tirarse por el puente? El Evangelio de mañana nos habla de unos endemoniados que, rechazando al Señor, pidieron  entrar en una piara de cerdos y arrojarse al mar.

¿Quizás ponemos nuestras esperanzas en cosas mundanas que no nos dan la plenitud que buscamos?; ¿quizás, llenamos nuestro corazón de falsas expectativas que nos desequilibran y nos desesperan hasta llegar a esos extremos? No parece que el Evangelio de mañana sea algo extraño a lo que nos está sucediendo en la actualidad.

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