sábado, 21 de febrero de 2015



Cuando pones tu corazón en cosas caducas, empiezas a pensar como una persona caduca. Una persona caduca vive sin esperanza. Es decir, vive pensando que todo se acaba en este mundo y da lo mismo.

No tiene sentido hacer esto o lo otro, sino pasarlo bien y disfrutar. Pero la realidad que los que disfrutan son pocos. Y un disfrute adulterado, porque nada llena plenamente ni quita la sed.

El sentido común y la razón te sugieren otro destino. Un destino de felicidad y eternidad, porque eso es lo que persigues, y eso es lo que sientes en lo más profundo de tu ser.

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