La mayor dificultad es cambiar mis planes y proyectos. Se supone que cuando pienso e ideo un plan, es porque tengo puesto en ese plan mis intereses. Cambiarlo supone renunciar a lo que he pensado en mi vida que quiero y optar por otros.
Pero el problema es cuando ese cambio me viene de afuera. Es Otro quien me lo indica y propone. Eso fue lo que hizo María. Escuchó la voz de Dios y accedió a sus planes. Podremos apreciar que la aceptación no es nada fácil.
Y más cuando nada tienes asegurados y todo lo pones en sus Manos. Te confías plenamente a Él. Gracias María por tu SÍ.
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