miércoles, 17 de diciembre de 2014



Dejar tus proyectos para empezar lo que te propone Dios no es cosa fácil. Lo hizo entre otros, Abraham, Moisés...y muchos más, pero fundamentalmente María y José. Se puso en peligro hasta su compromiso esponsal, pero prevaleció en ellos el Plan de Salvación del Señor.

También Dios tiene planes para nosotros, pero eso pasa por estar atento y pendientes de lo que el Espíritu suscita en cada uno de nosotros. Lo fundamental es despojarnos de las ataduras de este mundo y ponernos al servicio del Reino de Dios.

El plan para eso es el amor. Amar y amar, pero tengamos en cuenta que eso sólo lo lograremos agarrados e injertados en el Espíritu de Dios.

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