sábado, 6 de diciembre de 2014



Cada día es un comienzo y también un final. Entre el sueño y el despertar hay un nuevo ciclo, porque no somos conscientes mientras dormimos. Diríamos, en sentido figurado, que morimos al dormir y nacemos al despertar. Con ese despertar iniciamos un nuevo día.

Y cada día nos da una oportunidad de empezar de nuevo. Y de empezar bien, porque todos queremos empezar bien. Saltar de la cama, como dicen muchos, con la pierna derecha. Ese querer hacer las cosas bien no es sino el deseo de arrepentirnos de lo mal hecho y hacerlo bien hecho.

Eso es lo que simplemente nos dice Juan el Bautista. Arrepentirnos de lo malo y, perdonados, empezar una nueva vida haciendo las cosas bien.

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