sábado, 30 de agosto de 2014



Difícilmente entendemos que haya que perder para ganar. En asuntos de negocios podemos llegar a entenderlos porque nuestra mente, apegada a lo material, es capaz de, aparentemente, perder para luego sacar provecho y ganar. 

Sin embargo, lo que nos propone Jesús es la renuncia a ganar en este mundo, poniendo todo nuestro esfuerzo en servir y compartir, para ganar en el verdadero. Dar nuestra vida presente para ganar la vida futura es la apuesta del amor.

Y esa es la apuesta que Jesús nos propone. Apuesta que Él ha cumplido a la perfección entregando su propia vida por amor para la salvación de todos los hombres.

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