viernes, 9 de mayo de 2014

LA NOCHE, UN BUEN MOMENTO PARA PENSAR

Cuando decides realizar una larga caminata te provees de lo necesario para reparar fuerzas. Se hace necesario parar en el camino y reponer las fuerzas perdidas con el alimento que hemos llevado. Continuar la marcha exige descanso y alimentarse para no desfallecer.

Igual ocurre en la marcha de nuestra verdadera vida, la vida a la que estamos llamados: La Vida Eterna y plena de gozo y felicidad junto al Padre. Pero ese alimento no se encuentra en cualquier lugar. Es el alimento que recibimos al comer el Cuerpo y la Sangre de Xto. Jesús.

No es un alimento que tenemos que llevar, sino un alimento que recibimos cada vez que celebramos el Sacramento de la Eucaristía tal y como Él mismo nos lo dijo.

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