martes, 27 de mayo de 2014

LA NOCHE, UN BUEN MOMENTO PARA PENSAR

La impotencia puede llegar a desesperarte y es entonces cuando el diablo, sin que te des cuenta, pone toda su astucia, que es mucha, para desesperarte y autoengañarte. Entonces tus mecanismos de defensa distorsionan la realidad y justifican tus negativas actitudes. Y aparece el odio, la venganza, tu soberbia y todo lo que te arrastra al desamor.

Experimentas tu lejanías de Dios y llegas incluso a aceptarlo. Buscar espacios de reflexión, pero sobre todo de humillación y abajarte humildemente exige un gran esfuerzo. Te toca confiar y esperar y dejar que la Gracia del Espíritu que te rodea, acompaña y asiste, te invada y te llene de paz.

No sabemos que sucede, pero por experiencia sabemos que detrás de las tormentas llegan las calmas. Y cuando estamos en ellas experimentamos sosiego; nos damos cuenta de lo idiotas que hemos sido y aprendemos que siempre es mejor confiar en Dios.

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