Experimentas que si razonas te es muy difícil amar, porque el criterio de la razón no comprende ni entiende de dar sin recibir, o de amar a quien te hace daño y te ofende. El sentido común sólo entiende lo que entra por la razón y la lógica. Y si eso fuese así, ¿dónde estaríamos nosotros?
Porque no merecemos perdón ni que nos amen. Sin embargo, Jesús murió escandalosamente en la Cruz por ti y por mí, y todavía, nos espera cada instante, cada momento y cada día con los brazos abierto a pesar de nuestras indiferencias y rechazos. ¡No se puede querer más!
Y cuando descubres que quererle y amarle a Él, es amar de esa forma, la piel se te pone de gallina, porque tu razón te lo prohibe. Sólo entiende el tú me das y yo te doy.
Amar sin nada a cambio es sólo capacidad de Dios, y para poder amar así tenemos que abrirnos a su Gracia.
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