lunes, 27 de enero de 2014

LA NOCHE: UN BUEN MOMENTO PARA PENSAR

De repente todo se nubla y se vuelve oscuro. Esperas recuperar la visión pero la claridad no se produce. Te preguntas qué ocurre, pero no recibes respuestas. Te experimentas perdido y desorientado. ¿A dónde ir? Sientes que tus esperanzas se debilitan y buscas respuestas inmediatas que te saquen de esa situación.

Si te ves así, no camines. Párate y siéntate. Espera pacientemente porque el Señor sigue a tu lado. Tu fe en estos momentos es decisiva y necesita que te abandones sin condiciones. Ten confianza. El Señor te dará lo que necesites. Lo que ocurre que tú no sabes que necesitas ni que te conviene. Sólo puedes esperar.

La espera es perseverancia y quienes perseveren se salvarán. Procura tú ser uno de ellos.

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