martes, 14 de enero de 2014

LA NOCHE: UN BUEN MOMENTO PARA PENSAR

No sé cómo voy a actuar en el momento de mi muerte. Seguro es que llegará, pero nunca he visto, salvo en películas, cuando sabes que estás condenado por la enfermedad a morir. Supongo que el afectado no se entera o no se lo dicen. Y si él lo sospecha siempre mantiene la esperanza de que algo suceda y pueda curarse. La esperanza no nos deja rendirnos ni ver todo perdido.

Y es que la esperanza nos la da Dios porque Él nos salva y sabe de esperanzas. Por eso, si pongo mi esperanza en el Señor, la muerte no es lo último ni lo peor. La muerte solamente es el momento más importante y glorioso de mi vida. Saber que en breves instante Dios se hará presente en mi vida y me mirará a la cara. Saber que yo también, por su Gracia, poder mirarle. Y esperar su bendición eterna para la plenitud de los tiempos es la inmensa felicidad por la que todos, consciente e inconsciente luchamos toda la vida.

Hay algo más grande que el momento de la muerte. Sólo hace falta saber morir, tal es, en brazos de Dios. Él los tiene abierto y te espera, ¿y tú?

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